La marihuana es una droga que crece de forma espontánea en diferentes regiones. Investigaciones han revelado que su principal compuesto activo es el delta-9-tetrahidrocannabinol y su interacción con un receptor acoplado a la proteína G parece ser que es la que lleva a los efectos placenteros que produce. La lipofilicidad del tetrahidrocannabinol (THC) le permite acumularse en diversos tejidos del organismo, especialmente en el cerebro, por lo que puede llevar a un deterioro mental progresivo. Su vía de administración, ya sea oral o inhalado, puede llevar a una aparición de los efectos más lenta pero más duradera, o a una respuesta más rápida y corta. La marihuana no produce adicción fisiológica, pero su tolerancia es rápida y su mecanismo de la misma puede deberse a un metabolismo más acelerado, o a un cambio en la afinidad o densidad de los receptores con los que interactúa. Para mayor información en:  PDF Número 7, Mayo-Junio 2006, Año 2